jueves, 20 de febrero de 2025
lunes, 17 de febrero de 2025
Dibujar, por los siglos de los siglos.
Fabricar un sueño. De pronto, líneas entre líneas, caminos y huellas. Alguien fue primero, procurar no pisar los pasos para que no se repita el vuelo. Es cosa de un buen referente, aquellas cosas que le han dado alas a lo invisible. Dibujar. Primero es arte. Después, después es sociedad, discurso intangible, calco del espíritu y así. Visitar aquellas cuevas lejanas, en donde unos trazos hablan de algo que tiene que ver con lo que queremos trascender. Lo cotidiano, por ejemplo. Aquellos lejanos primeros se llevaron algún secreto. Sí, los muy ellos no han querido dejar saber cosas tan básicas. Cuando nace la historia y el historiador, se habla de una invención y no de un relevo. Aquello habla de soberbia. Cortar el lazo de la eternidad del ser, para embolsillarnos el todo. Luego hay que seguir procurando regresar de vez en vez al universo antiguo. Como el hijo que siempre regresa al padre, y el fuego a la ceniza.
Sobre el asfalto, ir de la noche al día, del susurro al canto... para luego saber que hay que pensar que el sueño no terminará en nosotros, para no cometer el mismo equívoco hay que pasar la vara, trascender, soltar el discurso y empezar a rezar o a hacerle nido a una nueva ilusión. Porque ya termina nuestro andar, y todo ha de seguir sin nosotros. El sueño debe sobrevivirnos si acaso. Y allí la sonrisa entre arrugas y blanca cabellera. Recuerdo de algún viejo amor. Mirar al horizonte y andar hacia el ocaso por los siglos de los siglos.