Despejado
El desierto.
La lluvia es la primera voz de la ilusión.
Poco después había perlas en la arena.
Y retornaban a sus nidos los espejos,
Sin la segunda imagen. Sin la primera mirada.
Era otro día para quien supo volar
sobre el respirar de sus anhelos.
Y habló como hablan los que llevan su vida,
Lejos de las preguntas y las canciones.
El primer lucero está meciendo la cuna
De una noche en pañales...
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