jueves, 25 de febrero de 2010

El lenguaje verde



Todo empieza quién sabe con qué.
El hecho es que había que ponerle nombre y apellido
A lo que iba sobre el viejo reloj.
Vinieron las palabras y el otro significado de la palabra.
Se escondió otra verdad entre la verdad inventada.
Luego se hizo infinito el por qué de las cosas.
Los mares separaron el planeta para evitar que las palabras se volvieran espadas.

Así es que tú serás el paraíso y yo el peludo que desciende del árbol.
Luego esto es mío y aquello no es mío pero igual me lo quedo.
Para evitar atropello yo seré la ley.

Y ahí nos confundimos. Todos a la vez.
Dejamos las cuevas y los dibujitos en las paredes.
El mamut se murió de pena.
Lo del terodactilo no tiene madre:
Se fué a vivir a un monasterio y allí perdió sus alas
A dos de tres caída.
Donde el contricante era el árbitro a la vez...

La pena del desamor nos produjo frío.
Entonces nos vestimos...
Y por ahí maría se va hasta el día de hoy.
Con las palabras hicimos una historia de la historia´.
La ceniza guarda la más pulcra verdad
Lejos del fuego y la mirada...

Que es cosa de otro cuento.

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