lunes, 31 de mayo de 2010

Mientras encuentro los montes



Se han perdido los montes. Mira de frente el asfalto.
Las calles. Los recuerdos. Los espejos.
Y el lento transcurrir de las sombras.
La luz se estremece. Cantan las chicharras.
El agua se vuelve sed en medio de los mares.
Y los mares se hacen la arena del reloj.
Hay canciones dormidas bajo las piedras,
Junto a los grillos.
Los lagartos dormitan entre ambiguas nostalgias.
Todo es parte del presente y el presente
Se hace tiempo transcurrido.
No es posible volar sobre el abismo
Con esas alas de papel.
Faltan muchos vuelos y caídas.
Son muy pesadas las plumas aún
para ver de frente al sol.
Así que respira golondrina,
Mientras se hace cuerpo en ti la primavera.
Las mil puertas que giran con el destino
Hoy sonríen. No se mira el gris
Del otro lado de las ventanas.
Hay flores tomando desprevenida a la tierra húmeda.
Hay espinas deshojadas sobre los secas hojas.
Cantaremos después. Un poco después.
Porque busco los montes y la voz del arroyo,
Pero mis ojos dormitan entre fronteras de invisibles alambradas.
Del otro lado del mar dibujaremos barcas;
Serán remos nuestros brazos.
No doy con las breñas y los callados cambrones.
Hoy todo es asfalto. O casi todo.

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