domingo, 4 de julio de 2010

Tempo


Más que el tiempo. Temprano es tarde.
La noche es como el amanecer. El hombre regresa
Bañando en la arena sus cenizas.
Era el templo doblado en viejas oraciones atardecidas.
Vuelta y vuelta. Sin encontrar la puerta.
La puerta. La puerta está abierta.
Pero tu casa es eternamente nocturna.
El sol es la llave. La luna y las estrellas
Son ventanas de aquella alma que se escapan
Como un sueño fugaz.
Una mano empuja a la otra
Los pies van sin mirarse la cara.
Saludan una y otra vez la tierra que besan.
Caminan. El eco se hace pensamiento.
Y hombre regresa a la niñez.
El sol es la luna. La luna el sol.
Y las horas volaban por sobre el viento
Mientras se hacía horizonte
Su cabalgar sereno.

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