miércoles, 25 de febrero de 2009

Viento de otros mares






De pronto nos vestimos de recuerdos, arena húmeda y olvido.
Todo a la vez. Y la sensación varada entre jardines dorados Y espejos
Tan solo vemos los rostros que han pasado. Uno a la vez.
Vuelan a otras luces los perfumes soñados. No es posible verle
Tentación al viento desnudo. Somos tantos. Decimos uno a la vez,
Somos tantos y tan pequeños. Y apenas recordamos respirar
Mientras nace la tarde sobre un sol pálido...
Y De nuevo empezamos a contar. Corremos por el prado
Medios descalzos y con la sonrisa abierta a la velocidad pasmada.
Vemos las nubes dispersarse y volar, de regreso a su nido, a las garzas...
Una a la vez. Digamos que es la noche que se acerca o que se dobla otro reloj
Sobre un noble capricho dormido entre las fauces de blancas caracolas...
Uno a la vez. Hasta que solo es posible contar estrellas
Y volver a sentir el aliento
Que nos muestra el nuevo rostro
Sobre una barca de papel
Con un soplo de alegría doblado en su regazo
Y dos remos de dormida madera
Despiertan entre las alas de una nueva esperanza.
La vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario