martes, 7 de abril de 2009

volar


Afable melodía es tu andar ligero. De donde vienes
Cansada de soñar sueños despiertos?. Quién dejó
escurrir tu nombre por entre donde habitan las serpientes
por los cielos, vestidas de golondrinas?
No hay canción posible para tu estrujado tiempo ido...
Dibuja nuevamente tu horizonte, te digo.
Recorre, como una tarde cualquiera, todos los besos perdidos
Y hazle un nido al pasado. Luego déjalo ahí. Que lo caliente
El sol del nuevo día y hecha a buscar perfumes y arcoiris
Con media sonrisa en tu rostro y tu corazón envuelto
En carcajadas. Radiantes; que palpiten con los mares
Y dobleguen las olas.
Un poco más allá del olimpo, hay otros dioses vestidos
De mariposas. Deja que la tormenta te abrace
Y hazte una con el viento vagabundo que dobla
La embriaguez y hace huir a las piedras
Y a los grillos...
Mira en tus ojos el brillo prohibido de un lejano paraíso,
Y no vuelvas la mirada. Solo ve por todo aquello
Que te tiene reservado el espejo
Entre los brazos de un nuevo amanecer.
No temas, golondrina, volar con las serpientes.
Estas hecha de oro puro. Eres diamante
Para las miradas frías.
La voz que amamanta la tormenta va contigo,
No le temas a la espada del silencio.
No llores por jardínes o coronas de espinas.
Ve a encontrarte con lo que eres al lugar que decidas ir.

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