domingo, 28 de junio de 2009

El cantor de sueños.



Podremos contar, Ante el espejo de la vida, El cuento único de la existencia. Recoger esas alas envueltas en relojes De otras mascaradas. Pero no. Es bueno que el viento Arrastre su propia voz por los senderos Multicolores de lo cotidiano. La ciguapa ha de ser el río En esas fuentes de vida que llevan al mar. Barcas de arena despiertan las huellas Vestidas de amaneceres. El juglar recoge caracolas y sonrisas. El rocío calma la sed de los lagartos. La vida se hace camino una vez más. Y el caminante va, sin prisa, Por si llega la tarde...

sábado, 27 de junio de 2009

Destino de una fábula




Adelantan los pasos entre los mares.
Por andar entre mundos de sal y húmedas huellas.
Los remos se hacen las alas del viento.
El sol se balancea entre las olas.
Y el canto del camino se hunde entre los pasos del reloj.
El olor de la lejana orilla nos toma en pensamiento.
La arena que se acurruca entre las caracolas.
Todo aquello es sueño. Se dicen las gaviotas
De blancas plumas.
Pero el mundo se hace cierto entre los lirios
Que mecen las lejanas primaveras.
No es preciso adelantar por sobre el destino.
Pero el destino no es tiempo.
Este tan solo es un concepto matemático.
Una mala costumbre de la razón.
Aquel no toca la mirada del caminante.
Solo se hace cierto al contar las huellas
De las huellas.

Hay huellas de sal.
Hay grises huellas.
Azules huellas hay.
verdes, hay huellas.
Rojas, negras, moradas, incoloras huellas...
Hay.
Y todo ello sobre la mesa da corpoeridad al destino.
Pero el camino es más que el porvenir.
Pero el hombre y el camino son uno a la vez.

El destino es una sombra de un camino elegido.
Nada es constante. Hay miles de hombres, millones
De hombres que nacen cada día en cada hombre.
Con la tierna verdad del silencio.

Ruido inaudito
Que camina entre las piedras de los ríos
Entre los peces de los ríos. todo a la vez.
Con el propósito infecundo de ver crecer las alas
Y nacer la sonrisa en cada amanecer.

Hemos ido a cada paso del paso anterior
Midiendo el impacto y la memoria:
Nada es lo que es.
No todo es parte de un libro o un dialecto:
Hay cosas que solo son eso.
Lo que eso fué.
Y luego se va aunque vuelva cada vez
Que vuelva
A frecuencia de lo que es.

Hay rostros que van perdiéndose
Antes de ser recuerdo o espejo.
Que auyentan la persistencia
Y vuelven cenizas la impresión.
Pero andamos así,
Entre lo que pudo ser y lo que fué.
Sin dejar huellas.

Deletreando anhelos o durmiendo alfabetos.
Lo pequeño es grande ante la inconciencia;
Lo grande es pequeño ante lo insalvable.
Dejemos que corran sin prisa,
La prisa lenta de lo intrascendente;
Que se anide el paisaje lejano
De la fábula.

Recogemos canciones entre turbios esqueletos;
Nos hacemos la idea de la inmortalidad.
Las manos aplauden lo indescible.
Y entre la lluvia y la tormenta
Volvemos sobre las alas de las hormigas.

Los templos en que habita la nostalgia
Es un paraíso de serpientes.
Vamos quemando las rodillas al sol
Por otro sol inexistente.

Esa luz solo habita en la memoria
Y vino a echar raíces
Luego de pisar tierra firme
Y derricar la cuna.

Cada día que nace
Apenas empieza la vida para el que respira.
La tarde se abrirá, de par en par,
Cuando la conciencia deje de sonreírle
A la sonrisa.

El hombre es el destino del hombre.

martes, 23 de junio de 2009

Trazo irrelevante de tiempo







Los rieles del destino no dejan de tejer caminos.
Son pensamientos y vida.
Suerte y fortuna;
Canción y ocaso.
Todo a la vez. Y luego se va el tiempo
con el tiempo que llega.
Un tren inconmovible. No se detiene.
Solo avanza por entre los paisajes
Y el concreto.
Recorriendo el sonido de los mares
O el vuelo de las mariposas.
Viendo caer el verde de las hojas en otoño;
Entonando colores en los prados en primavera.

Y en todo, quién no ha visto cojear el universo?
Doblarse sobre sus propias alas
Para anidar esa distancia que no termina
Con el mucho andar.

El tren no persigue quimeras cuando se trata...
De lo intangible.

El tren no desluce la serpiente que arrastra,
Sobre la aridez de sus ausentes patas...

El tren es nube que no llega a ser lluvia
Ni tormenta!.

Los rieles de la vida son ambiguos,
Como niebla al amanecer:
Son escamas en las amapolas;
Pétalos en las truchas
Que se arriman a la vida
Respirando sobre sus lunas nocturnales.

Los rieles del destino
No dejan de tejer...Caminos.

lunes, 22 de junio de 2009

Volar con el viento


No hubo otras palabras en las palabras.
Hace muchos años que nos fuimos de todos lados.
Las alas perfumando quimeras.
Me digo que no puedo encontrar el perfume sobre la almohada.
Me digo que no puedo contar la última historia del primer día.
Me digo que he visto como rueda la ceniza sobre el pensamiento.
Los cuerpos buscan asirse a los esqueletos rotos.
Respiran sobre sus propias incertidumbres. Deshacen la prisa y la luz.
Se hacen formas en las formas. Vuelven sus pasos sobre el día anterior.
Sin alcanzar la voz que se agita en la superficie.
La última vez que supe de tí, supe que tu belleza no se la llevan los años.
Que hay un radiante velo de esperanza abierto en tu sonrisa.
Me pregunté por tus ojos vivos y alegres. De tu andar preciso y tierno.
Como una mariposa en medio de una indescifrable primavera.
Acordamos, hace más de un siglo, encontrarnos cuando ande el ocaso.
No será posible, te digo. No llevo aquella prisa hoy.
Me he detenido sin promesa alguna de dar un paso más.
Sin embargo he sabido que hoy vuelas sobre tus propias alas.

Un día de estos recitaré tu nombre entre el tiempo que va entre mí.
Diré algunas inciertas verdades. De tu perfume pondré memoria.
Por si pasas algún día por donde he puesto mis huellas
A volar con el viento.

sábado, 13 de junio de 2009

Cotidiano





Los números tienen su propia virtud.
No siempre se puede volar
Con el viento.
El disfrute tiene que ver con ser auténtico.
Las palabras se vuelven canción
Y la canción le da música a los sueños.
La vida!

viernes, 12 de junio de 2009

Una nueva canción



Se le fueron terminando las palabras y los verbos.
No tenía más colores el camaleón.
No supo saber que era casi un mar sin arena,
Sin orillas. Sin caracolas.
Su cabellera durmió mil pensamientos,
Habían centenares de barcas varadas en su puerto.
Le arrastraba hasta el otro lado del alfabeto,
La mirada del tiempo. El sabor se su olvido.
-"Tendría que dejarse elevar por el viento hasta el olvido"
-Dijo el decir de un silencio-
-"Más bien ha de anidarte en la carreta que va de regreso
A ninguna parte"-dijo el silencio del silencio-...
Tienen Razón. Ambos tienen razón.
Porque no hay ilusión para sus ojos dormidos. Ni luz.
Y allí se tendieron esas formas irreverentes que hablan
Cuando no hay nada que decir.
Soltaron todas formas de sus cuerpos de viejas golondrinas.
Cerraron las cortinas a una posible primavera
Y se fueron a dormir con una carcajada
Que hacía de otras risas el andar del alba.
sin embargo vino la mañana. No una mañana cualquiera.
Esta tenía madrugada y rocío
Y el sol de pantalones cortos al oriente.
Entonces,
Todo supimos que el hombre hizo las palabras.
O que las palabras se hicieron hombre.
Y que solo se puede ir de un planeta a otro de esa canción
Sin dejar de existir.
Era un nuevo día para los hijos de dios.
Y el hombre que perdió su viejo alfabeto,
Se hizo canción.
Entonces lloraron(hasta el cansancio)
los ruidos atados a la carreta.
Y el sol se hizo tan alto como una ola colgada del viento.
El viento fue el espejo y el espejismo.
Y yo no supe que decir.
Por la posible causa de perdidas palabras
en nubes de algodón.

No sé deletrear el infitino.
Así que me remito a esas alas regadas en la ceniza
De una nueva canción.

domingo, 7 de junio de 2009

Ese canto cantado


Se enredaron los tonos de esa ambigua melodía.
Sin saber de las cosas que van con el viento
Miro ese regreso indeciso de tiempos idos.
No volverán los acordes de amaneceres:
El rocío se bebe la nostalgia.
Hay mares que desdoblan en otras olas.
No hay arena en la orilla.
Pero digo que hay cantos entre aquellos relojes
Que se vuelven al tiempo sin el tiempo.
Allá donde habita la sensación de una canción perdida
Entre almohadas. Sin noches coronada de estrellas.
Sin espejos que devuelva la imagen primera.
Con olor a margarita silvestre
Por si moja el arroyo de la dicha tu joven cabellera
Mientras nadan los peces
Y las hojas se hacen más verde cuando el sol se ha dormido
Entre sonrisas.

Pero solo es palabra entre palabras idas.
Risas de otras alegrías.
Cantos de otro acordeón. Y en todo,
Es un nuevo día para hablar
Del amor que se escurre entre los dedos...
Y si acaso la tarde nos perfuma la vida,
Diremos lo que hasta hoy solo ha sido sentimiento
Sin nombre. Vuelo dormido en la distancia.

Nos hemos hecho caminos y caminantes.
Allá donde se finge que se marcha
No hay más que regreso al regreso.
Nadie dijo que era imposible ser alas
Para dormir la inalcanzable esperanza de un destello.
Pero digamos otras cosas,
Mientras se doblan inarmónicas quimeras
Y la noche le da paso al nuevo día.

Senderos


Y un nuevo amanecer.
Hay otros caminos más allá del sol naciente.
Otras palabras renuncian a sus nidos de cristal.
La canción primera devela el horizonte.
El viento va desnudo y sin maletas.
La vida tiene otras quimeras
Pero el sueño es el mismo.
Caminar.

jueves, 4 de junio de 2009

De blancas plumas


Un ave se hizo nido. Se hizo espejo.
Sus alas se hicieron cenizas entre la niebla.
Ilusión vana, de no querer volar sobre otros vuelos.
Otras alturas le pusieron eternamente sobre otro cielo azul.
Entre otros vientos. Se hizo esqueleto y espejismo su reloj.
Su pico de cristal quedó envuelto entre incertidumbres
De cartón piedra y doblados paraísos.
Hoy es un día bueno para volar, piensan otras aves.
Pero esta ave es nido, charamico y universo.
Mientras se dibuja sobre el horizonte,
Un nuevo amanecer de blancas plumas...

lunes, 1 de junio de 2009

ciguapa en sueños de papel




Muchos sueños en pequeñas palabras.
En medio de las ansias
Respiras.
Haz puesto nuevo nombre a la fortuna.
Duende de los ríos y de los montes.
Caminas es compañía del viento.
Desnuda de espejos, de pensamientos,
De olvido. Tienes la edad de la vida misma.
Ciguapa en sueños de papel.
Llovizna en medio de la sed.
Camino para los viejos caminantes.
Huellas de sal para las miradas perdidas
En medio de la tormenta.
Y en todo, buscas entre el canto de cada amanecer
Un nuevo día.
Ciguapa en sueños de papel.