Sobre rieles.

Cada amanecer.

Cada amanecer, un nuevo día.

Y tu y yo.

Sobre rieles.

Una muestra del tren en Colombia.

A cada amanecer.

 Tejer al viento los caminos de la ilusión.

Irse con el tiempo por la eternidad, vestido de miradas e instantes.

Y así, como un calendario de sueños, despertar a cada amanecer.

Danzares.

Sobre rieles.

Dos muestra del mundo de los trenes en Argentina.

Alfabeto de luz.

Allá cuando se terminan las palabras, todas las palabras.

Y luego la distancia y el poema que el viento anida.

Y allí vuelan todas las melodías de la ilusión, hablándole al instante.

Y surge el amor en cada amanecer, mientras la vida se abraza a la vida.

En alfabeto de luz.

Sobre rieles.

El Qinghai–Tíbet:

Distancia y horizonte.

Distancia y horizonte, la eterna mirada de la ilusión que se hace amanecer.

Y tú y yo.

danzares.

Sobre rieles.

Documental de tren en Brasil:

Instante de eternidad.

La canción de un instante de eternidad, de una eternidad del instante.

La música que en la distancia se anida: y tú y yo.

Danzares.

Camino del camino.

Más que letras. Cuando dibujamos un instante del infinito fluir del todo, despedimos el andar del tiempo

a la vez que celebramos el nuevo amanecer que nos cubre.

Y somos el amor y la vida, parte de un organigrama de sueños y realidades.

Nos abraza el horizonte y el presente. Y vamos haciéndonos camino del camino.

Se despierta lo amado a cada respirar del alba, y susurra lo eterno.

Sobre rieles.

Una pequeña muestra del tren en perú :

Sobre rieles.

En los últimos tiempos, me he puesto a ver vídeos de trenes y ferrocarriles. Me gustaría compartirles, por este medio, algunos de ellos. Este es el primero, espero les guste.

Buenos días!

Y dice: buenos días! la mañana; saluda el alba.

Amor lejano que dibuja soles y horizontes.

Y en todo, la vida.

Danzares.

De beso y susurro.

Quién escribe la historia de los sueños? De aquel amanecer que inscribe un nombre eterno,

o la sencilla canción de un pensar lejano?

Del acompasado acontecer de amores y horizontes?

Y la flor de un andar infinito, de beso y susurro.

Danzares.

Danzares.

Ilusión y música.

Envolver el instante en aquella sensación que anida en la distancia. Amor que amanece,

mientras los caminos se visten de ilusión y música.

Danzares.

De amaneceres.

Si cada día es un nuevo día y amanece nueva vez, es que es la vida.

Si amas en el tiempo, con un amor que amanece cada vez, es que es el amor y la vida.

Si sonríe en la mañana y en el ocaso, es que es alegría la tristeza y tristeza la alegría. Y viceversa.

Si eres música y alfabeto, y bailas y escribes. Y vas del pentagrama al abecedario, es que eres universo.

Si buscas en la distancia, y el anhelo se hace destino y espera, es que se es camino y caminante.

Mirar de sueños.

Letras que dibujan la mañana, mientras vuela el tiempo entre otros tiempos.

Y el amor suspira, mientras es distancia y susurro aquel mirar de sueños.

Música y alfabeto.

Y una flor, para el nuevo amanecer. Para aquel amor, que es amor y distancia.

Volamos en el idilio que susurra en el azar, mientras ruedan los dados;

mientras ante el espejo se encuentran los suspiros.

Los caminos se hacen música y alfabeto, mientras nos enhebramos al destino a tiempo completo.

Transcurren los sueños, como un beso eterno.

Eternidad y canto.

Poema, letras del alma. 

La distancia se sumerge en la distancia, a sonrisa del viento.

Y vuelan, entre eternas madrugadas, los idilios que nadan en el rocío.

La mirada desnuda al nuevo día, eternidad y canto.

Y la ilusión.

Mil miradas que abrazan aquel andar del instante con alas de amanecer.

Se echan al viento los sueños; despierta el camino de un amor con olor a eternidad.

Y la distancia, enhebrando destino en destino, mientras se entrelacen las manos y la ilusión.

Amor que anida horizontes.

Dibujar el amanecer de sus ojos, aquel surgir de la luz en medio de una noche que despliega

sus alas de luna y de rocío, y se va en la prisa de un ayer vestido de esperanzas. Y entre luciérnagas, ver salir el sol en su sonrisa.

Amor que  anida horizontes.

Danzares.

Lo eterno de cada respirar.

No hay otra distancia en el nuevo amanecer. Despertamos el horizonte en el andar,

desde el beso a la ilusión. Todo en cada paso, sin anidar el viento ni la duda. Pero siendo real

en cada realidad. Y así nos encuentra la mañana, abrazado a aquel amor que nace a cada instante.

Camino y caminantes del tiempo, enhebrando las huellas en las huellas

Hasta encontrarnos en lo eterno de cada respirar.

El andar del nuevo día.

Dibujos y cantos.

De sol y horizonte.

El anhelo se enhebra al anhelo, se hace amanecer la distancia.

El amor florece, vestido de sol y horizonte.

Flor de cada ilusión.

El tiempo describe el instante, la distancia es un mirar hacia el mañana. Y todo aquello,

que es más que un significado simple y redondo. Porque cada amanecer está fuera de todo transcurrir,

de todo camino, de todo alfabeto. Y así, amanece. 

Buscar entre mil miradas, aquella sonrisa que dibuja el alba en la distancia.

Aquel amor que danza en su propio universo. Aquel amor que despierta el soñar de lo eterno.

Flor de cada ilusión, luz de cada andar.

Dibujando instantes y amores.

Dibujando instantes y amores,

caminos que despiertan amaneceres. Horizonte y beso.

Y todo aquel universo que enhebra la distancia
como un beso de luz.

Danzares.

Danzares.

danzares.

Danzares.

A colores del alba.

Aquellas letras que recorren mil caminos a cada paso, a voz de amanecer y eternidad.

Y luego se encuentran los caminos y horizontes, enhebrando el susurro y la distancia.

El amor despierta el vuelo de la ilusión, a colores del alba.

 En un vuelo lúdico de pasión, danzan en el danzar del instante aquel encontrarse de los sueños.
Y en un simple suspiro del universo, el ritual de algún andar se hace huella. Y el amor despierta.