Enhebrar amaneceres. Entre mil sususurros y horizontes. Ver salir el sol.
Despertando distancia en la distancia, ir con el instante.
Mientras, entre luciérnagas y madrugadas, despedir el vuelo de las horas.
Y aquel camino, que nos pone de frente a la ilusión.
Como un danzar de lo eterno.
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