martes, 5 de diciembre de 2017

Y aquel verso.

El ir y venir de lo eterno. Amanece el instante; y entre sol y horizonte, un nuevo día.
Al encuentro de la ilusión, mil distancias. Y hablarle al amor, del amor lejano. 
Música de un idilio, que despierta en las alas del viento y lo azul del cielo. Pentagrama y susurro.
Reloj de arena, camino de sueños. Y todo aquello con nombre de mujer.
Doblar tras cada esquina del olvido, anidando el andar de un sentimiento.
En la triste sonrisa de una pena, la mirada se busca en el espejo.
Barca de un mar danzante, fábula de mil alfabetos. 
Volver desde lo ausente, a nacer con el alba.
Y una taza de café, y un suspiro. Alegría sublime, entre rayos de vida.
Y aquel verso que acurruca el beso por nacer.

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