sábado, 27 de diciembre de 2008

Respirar


Palpar esas formas inconclusas del silencio.
Disipar las neblinas, respirar. Los dedos crispados
De sostener la nostalgia. La sonrisa surge sin compañía.
Surge el tamborilear de la espera marchita.
Entonces es el cuerpo que respira, crecen las alas.
Se vislumbra el reloj correr sin prisa
Hacia la vida misma. Que no está en otro lado que en sí misma.
Y entonces esas rayas en las palmas de las manos.
Esa canción lejana que viene desde dentro y se escucha
Sin esfuerzo. Nuevamente la vida nos sacude. Nos vuelve
La mirada hacia el espejo y se deja quebrar luego.
Lueguito. En mil pedazos.
Las palabras nunca serán rejas para el alba.
Ni las ideas echarán raíces sobre el alma desnuda...
Hay que respirar. Digo. Casi digo...
Hay que respirar.
Y luego que el camino se me viene encima. Hay que respirar.
Digo. Hay que respirar.
Y luego el presente. Y luego el río que se hace navegar
Como estrella fugaz por la inmensidad del momento...
Qué tan poca complicada es la existencia.
Solo hay que respirar...

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