domingo, 21 de marzo de 2010

Siluetas



Se niega a la sonrisa sonreída. Se niega.
Y todo lo besado ya no es beso. Ni labios los labios.
Se niega a sorprender el vuelo en otros vuelos,
El canto entre otro canto. La voz dormida
Entre caminos desolados. Se niega en huellas,
A ser el corazón de una pasión hueca.
Se niega a ir atándose a los nudos de otras sombras.
En todo lo buscado busca en sí mismo.
El nombre de otro nombre y las espigas.
El fruto entre la tierra cuarteada. Se niega.
A ir mientras regresa. A amar sin ser amado.
A dormir entre los esquemas del desierto desespejado.
A la imagen que abre puertas ya cerradas. A ser,
A simplemente ser. A templar las cuerdas del destino.
A ahondar en las venas y en los ríos. A nadar
Sobre piedras carcomidas. A remar sobre el viento.
Se niega a vestir la humedad con besos o rocío.
Trabalengua del sol que sea aproxima. y sin mirar,
Le quema las pestañas al egoísmo. Tarde sin horizonte.
Amanecer sin aliento. Muro de blandos huesos.
Arrastrarse hasta las cuevas donde dormita la fe.
Deshojar mariposas. Tentar a la serpiente.
Respirar sobre el llanto enlutado entre cenizas.
hablar mientras desangra la esperanza.
Se niega a negar lo negado y luego regresar.
Y luego regresar sin tiempo atado a la mirada.

Se niega a la sonrisa sonreida. Se niega.

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