viernes, 14 de enero de 2011
La tentación del vuelo
Miraba sobre la tarde, detrás del verde de los montes y el vuelo de las aves.
Allí viene la sombra sobre el asfalto, como si fuera cierta
Se hace dormir entre el vacío que le hace frío concreto.
Nos vienen los espejos, como bailarinas nocturnas,
Recorriendo los rumbos y los espectros del presente.
Y luego se envuelven en objetos que reviven dinosaurios
Y hachas de piedras y sonidos guturales.
Entre sedas se hace barro el barro,
Entre relojes sin sombras, se hacen horas las horas.
Y luego el pensamiento eterno en la gloria.
Pero el amanecer le despierta. El sol le muestra su eterna noche
Entre el breve espacio de su respiración.
Sonríe levemente la silueta del duende.
La telaraña se acoge, como nido de hormigas.
Luego, de nada se habla. Todo es cierto.
Todo, menos el reloj.
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Cuando tus pies hagan el camino, tal vez las respuestas se desencadenen solas y el reloj sea cierto. Un beso
ResponderEliminarSi. Mil besos claudia.
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