domingo, 9 de enero de 2011

Pensamiento


Y allá van los caballos cabalgando hacia la tormenta.
Desnudos desde la voz al relincho,
desde el vendabal al susurro.
La tierra humedece en huellas desde los huesos.
Sus raíces se beben todas las ilusiones de lo inmortal.
Y entre, el retumbar de los tambores celestiales
El rayo descanza en la cuna
Con toda la impiedad de su fuego
Bañandose entre peces de plumas blancas.

2 comentarios:

  1. Cuando "la tierra se beba todas las ilusiones de lo inmortal",ya no escucharemos esos tambores celestiales.Viene desde el abismo tu poema. BESOS

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  2. Y entonces vendrán los rayos del sol y el rocío. Y la sed será olvido. mil besos claudia.

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