Y entre duendes hay duendes y viento alado.
Mirada en las miradas, arroyo de una sed pasajera.
Y el eco de un camino con alas de verdes hojas.
Y el idilio aleteando entre las horas,
Siendo esplendor de algún sueño sin nombre.
Manos que tocan el tambor mientras la noche se viste
Sobre el gris de la tarde.
Cenizas que se corren hasta perderse entre las nubes.
Amanecer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario