Y aquel caminar del instante. Viene y va el reloj entre el tiempo que pasa.
De la noche al día, entre el vuelo de la ilusión.
Se abrazan mil caminos a cada beso. En cada verso, se enhebran horizontes.
Y la música del viento. Y el susurro de las huellas por andar, dibujando caminos de caminos.
Alfabeto existencial en eterno claroscuro. Amor que despierta entre tristes alegrías.
Respiramos, algo así como un verso que se hace melodía.
Del destino al concreto instante de una duda.
Aroma de café, mientras echan alas las nostalgias de algún sueño lejano.
Perderse entre miradas, en lo azul del horizonte. Nubes de un cielo infinito.
Y las palabras de otras palabras. Vocales y consonantes de un andar sublime.
Amanece...y entre luces y andares, sonríe el amor de aquel amor distante.
El día a día dibuja la esperanza. Y todo aquello que suspira en el andar, se hace camino.
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