martes, 3 de mayo de 2011

Canto al idilio



Y vimos el amanecer. Las primeras luces del alba.
Tú desde tus mañanas. Yo desde mi orilla.
Qué pasos te llevan por la vida,
De qué sueños están hechos tus deseos.
Quién habita en la humedad de tus labios.
Qué palabras y silencios te rondan mientras respira...
Qué nombre va contigo cuando agita la tormenta.
Qué corazón espera encontrar bajo tus sábanas.

Y vimos la sed dormirse en los brazos de la lluvia.
Caminar. Caminar sin prisa entre las huellas del idilio,
Sin desandar las agujas del reloj. Con el sueño despierto a cada paso.
Desnudos. Desnudos de alma. Con el viento en las alas.
El horizonte se pierde entre la niebla. Lejos. Cerca.
Con los dedos tejidos y el respirar sereno y profundo.
Deshojando la vida en la ilusión.
Y bordeando el abismo.

Y vimos la tarde perderse entre el aliento de la noche,
mil estrellas a lo alto. Y dos cuerpos andando sobre el suelo húmedo,
Sin volver la mirada. Hacia la eternidad. Desde el sueño.

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