jueves, 19 de mayo de 2011

El vuelo del día


Nace el día. Alas del viento con olor a cenizas.
La humedad del rocío da de beber al camino.
La ilusión se despierta a los brazos del sol.
En la tibia nobleza de sus rayos se agita.
Como la melodía de la gloria se hace cielo y nubes.
Canto y transparencia.
Se deshace de sus sabanas la pereza de gris melena.
Y allá vamos.
Fuera de las horas del reloj.
Del ritmo inhabitable del espectro inmaterial.
Respiración sin sombras. Mientras se hablan bajo el frío de las piedras
Los lagartos. Y se ven volar, sobre el vuelo inmaculado mil golondrinas.
Las manos se toman del destino. Mientras las nubes se hablan de lluvias.
Y en la humedad de sus palabras dormita el plumaje incoloro de la nada.

En tanto te haces camino, mujer de azul pensamiento
Vestida de sueños recorres universos
Con tu blanca sonrisa destejiendo el olvido.
Miras latir el corazón lejano que te llama en susurros.
Vuelves todas tus miradas y sin regresar
Me dejas la promesa latir sobre el hechizo de tu perfume astral.
Anclándose en mi puerto. Te haces olas y barca. Te haces viento y respiración.
Entre formas invertebradas sobre un jardín sin espinas.
Quién le habla a tus caprichos?

El día recorre el verde de los bosques y la dureza del asfalto.
Como un duende alegre-triste en nubes de algodón.

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