Detrás de las máscaras brilla la inocencia.
Lejos de la niebla del sol se hace madrugada.
Pero es duro el asfalto. Y gris. E infiltrable.
Tiene la historia de la barbarie
Y el rostro frío del filo del cuchillo.
Pero los montes y los bosques aun calma la sed
En sus manantiales. Y le da albergue a los duendes.
Y cigüapas. Y al brillo de la luna.
Y a la lluvia.
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