jueves, 16 de diciembre de 2010

Voces sin laberintos





No le queda mirada en la mirada. Ni soles en sus cielos de aleluias.
Los sonidos se escapan a la voz de la mar sobre la arena.
Vuelan, como entre flores de concreto, los fantasmas de dulce café.
Le llaman las hojas que aletean, de verde y esperanza...
Regresan los caminos en largas cabelleras.
La sed de los arroyos se hace lluvia y melancolía.
Canta entre la alegría que le toca la frente.
Ya vienen ya se van sus pasos sin regreso.
El brillo se hace espacio entre sus ojos
Que duermen en los montes, en nidos y bejucales.
La magia de lo eterno se hace estrellas en las noches
Y rocío en el alba intrascendente.
La vida.

2 comentarios:

  1. las voces pierden su laberinto en la puerta de la mirada, y a veces también la magia ...eso que debería ser un reflejo de lo eterno. Besos

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  2. Se pierde para ganar. Más allá de la magia está la inocencia, que es la magia de la magia Claudia.
    Podemos andar senderos menos precisos en silencio, andar mientras canta el viento y el sol tomando el reloj y la ausencia entre sus rayos tibios y duraderos.
    Solo el mal creer podría desplegar noches oscuras en medio del día amiga. Somos tanto y tan poco. Inmenso como el universo mismo, microscópicos como un mal recuerdo y en todo los caminos no se cierran, ni los pasos dejan de marcar huellas en la marcha o en el regreso. Mil abrazos.

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