lunes, 13 de febrero de 2017

De la soledad al beso.

Así como el alba, se enhebran los andares de la ilusión. Aquel avanzar sin nombre que se encuentra
en cada horizonte, tras cada distancia. Cuando la noche da paso a la madrugada y al rocío, tendiendo
camino al nuevo día de sol e incertidumbre.
Ya duermen las luciérnagas. Se anida la danza del amor en la mirada despierta de un palpitar.
Y todo aquello que va, así sin prisa, de la soledad al beso.



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