Si en cualquier amanecer, a canto de horizonte, se nos muestra el instante
entre mil sentimientos de luz (y algún sentir de eterna melodía) nos damos
por cierto en el amor que camina a paso firme dibujando universos a
cada instante del alba.
Dibujar el instante, desde el más sencillo tono de eternidad, nos muestra
una de las infinitas formas de vivir el presente.
Describir el sol en sí mismo, mostrar sus rostro, es como ponerse ante el espejo
de lo lejano que es inmenso y cierto, aun en la distancia, como el amor.
Desde aquel caminar de amores y distancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario