El verso de una eterna ilusión. Con el amanecer empieza la vida.
Y allí nos vamos, mientras se despereza el sol, entre desiertos y horizontes.
Con la luz, la mirada se hace música, danzan las incertidumbres: dibujamos el camino.
Entre huellas y andares nos encuentra la tarde. Mirada de luna, estrellas fugaces
Y todo aquello que tiene que ver con reconocer las alas del camino andado.
El amor despierta, late la ilusión.
Y nos perdemos en el encuentro de lo transparente, con voz de eternidad.
Entre luciérnagas, somo todo aquello que somo, mientras anda el reloj y el destino.
Se echan a rodar los dados y el azar: verso de una eterna ilusión.
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