Espiral de algún tiempo por nacer. Cuando todas las formas se hacen luz de amanecer.
Las huellas no se encuentran de regreso. No es el mismo camino. El horizonte interrumpe la ilusión.
Sobre aquel laberinto de tonadas y la pasión rejuvenecida de un mirar. Se han ido las sombras.
No hay estrella alguna en todo lo azul del cielo. Se arropan en la noche anterior.
Tras el ropaje celeste del infinito, brillan por igual. Se deshacen ya la niebla y el rocío.
Se sacude el cansancio el reloj.
Como un danzar de amores y distancia, sale el sol.
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