Si nos encuentra el amanecer, dibujando cielos azules y caminos por andar.
Si nos ve mientras transitamos, así sin prisa, entre mil golondrinas e ilusiones.
Si susurra el viento, aquella melodía con nombre de mujer. De amor eterno y música.
Si miramos al espejo, cuando el sol se anuncia. entre mil horizontes y un infinito anhelo.
Las siluetas se duermen, entre viejas madrugadas. Miradas de luciérnagas, gotas de rocío.
Y una taza de café.
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