Letras. Un camino que encuentra el horizonte, a voz de amanecer.
Desplegar el tiempo en el tiempo, mirándole escurrir de nuestras manos, como agua que va al mar.
El sol vistiendo la mirada, esplendor sublime desde la simple realidad del instante.
Y busca su entereza la ilusión, el amor despierta. Y ya en él, vuelan las mariposas.
Luciérnagas de luz anidan madrugadas. Las estrellas regresan a su fuero. La noche culmina.
Y con todo el azul del cielo, mil anhelos. El ir y venir del camino. Entre aroma de café.
Tan cierto como el tiempo ido, mil alfabetos. Cantar de un poema...amor de un amor.
Esa música que envuelve la inmensidad del silencio que seduce los sueños. Mientras amanece.
Dejamos a un lado el espectro de una duda, la aleteo perenne de un danzar. Y nos sucede la vida.
La simple vida. Porque ya descorre su cortina la ilusión en la ilusión. Como música al viento.
Tiene un nuevo brillo la mirada. Y sonríe el espejo a la silueta. El rocío es la sed calmada.
Lejos de las palabras y susurros, entre aquel laberinto de inmensidad alada: flor de un capricho.
Y todo lo demás, que se hace ternura en el tibio abrazo de un rayo de luz.
Letras. Fábula del viento: amanecer.
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