Cambia la mirada de luz. Se transciende de un amanecer a otro amanecer.
Y mil alfabetos, mientras late el mismo corazón. Deletreando distancia.
De ayer a hoy, somos la misma persona. Con la misma ilusión, pero ayer es pasado.
Un puente que nos lleva a ver como se pierde la noche, en lo que surge el sol.
Y se abrazan los caminos, para llegar al hogar anhelado. Para enhebrar susurro.
Volvemos de ningún lugar, poblados de miradas y horizontes. Y la noche y el día.
Todo a la vez, al irse el ayer nos hacemos presente. Nostalgia de un instante, el mismo amor.
Como ayer, llevamos la misma música, el mismo anhelo. Como un universo que se teje dulcemente.
Entre tristezas y esperas, avanzamos hacia el calor de lo soñado. Para despertar en su perfume.
Música de mi música. Mientras danza el andar del nuevo día, y vas en mis pensamientos.
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