Un hilo intangible e infinito de ilusión que va de tus andares a mi andar.
Y allí, como un amanecer, vuelan mil mariposas y un solo beso.
Mientras, el instante resurge en la prisa lenta de aquel ir en la distancia.
Del amor al amor, de lo cierto a lo soñado. Del todo a lo único.
Del verso transparente al suave transcurrir de la brisa y el anhelo.
Y una taza de café.
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