lunes, 31 de julio de 2017

Casi como un suspiro.

Y en un vuelco del destino...nos hicimos amanecer. En un trampolín de ilusiones, el sol nos despertó.
Fluir desde el alba, casi como una sonrisa al viento. Alas de un camino, andar entre horizontes.
Casi sin tocar la realidad. Y aquella mirada se sumerge en el transparente transcurrir de un espejo.
A voz de eternidad, el reloj enhebra siluetas y fábulas. El tránsito de un sueño dibuja el horizonte.
Entonces eran dos, descendiendo de un cielo de estrellas al filo de la madrugada.
Casi como un susurro. Quizás como un beso. Algo así...que no llega a ser lúdico o palpable.
Danza de una sorda melodía que atraviesa las horas... para anidar corazones y anhelos.
Pero se acaban las palabras, y hay que verle desde lo concreto. Desde lo real.
Es el sol que sale- Se dicen.
Ya empieza a encontrarse la distancia, vuelan las aves. El mar abriga mil caracolas a orillas de un beso.
Se abraza la esencia de un sentir. Y luego es cuestión de destejer el abismo y la niebla.
Las huellas y el camino, hablan de una historia. De un vínculo que seduce al vacío.
Somos eso que armoniza con las flores y la distancia-Dicen: Amor con alas de cielo azul.
Hay que volver a la esencia, para no perdernos en lo efímero- Se dicen. Y se van con la brisa,
con el amor a cuestas. Casi como un suspiro del universo.



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